CLARO OSCURO

El claroscuro (en muchas ocasiones italiano, chiaroscuro) es una técnica artística (en pintura, dibujo y grabado) consistente en el uso de contrastes fuertes entre los volúmenes iluminados y los ensombrecidos del cuadro para destacar más efectivamente algunos elementos. Desarrollada inicialmente por los pintores flamencos e italianos del cinquecento, la técnica alcanzaría su madurez en el barroco, en especial con Caravaggio, dando lugar al estilo llamado tenebrismo.
El término italiano chiaroscuro, aunque significa aparentemente lo mismo, es empleado más específicamente para una técnica de grabado en xilografía, que por medio de planchas complementarias da colores a las imágenes, como si fuesen pintadas a la acuarela. El primer uso conocido del término, con este significado, se atribuye al grabador italiano Ugo da Carpi, quien habría tomado la idea de composiciones de origen alemán o flamenco. En los grabados de Da Carpi, el efecto del claroscuro destaca una figura central iluminada por una fuente de luz normalmente ausente del plano del cuadro; sin embargo, las áreas oscuras no están tan acentuadas como llegarían a verse en la obra de los principales difusores del chiaroscuro, Caravaggio y Giovanni Baglione.
La técnica se impondría también entre los manieristas, siendo ejemplos de este uso la Última Cena de Tintoretto o su Retrato de dos hombres, que presagia las composiciones de Rembrandt. El pintor holandés ha sido uno de los más conspicuos practicantes del claroscuro, utilizando la luz en su composición para destacar sólo su objeto específico.




Zonas del claroscuro
Las zonas del claroscuro se producen cuando la luz natural o artificial incide sobre el cuerpo. Entre ellas:


  • Zona de iluminación clara.
Esta zona identifica la parte que recibe los rayos de luz en forma directa
  • Zona de penumbra.
También llamada medio tono opaco. Esta zona identifica la zona intermedia entre la zona clara y la zona oscura, va desde la clara y hasta la oscura pasando por variedad de grises.
  • Zona oscura.
También llamada sombra propia, es la zona que no recibe ningún rayo de luz, y se mantiene oscura.
  • Zona proyectada.
Esta zona identifica la sombra que un objeto proyecta sobre otros objetos o sobre la superficie donde se encuentra.
  • Zona de reflejo.
Esta zona es la parte que recibe la luz que reflejan otros cuerpos que la acompañan, se caracteriza por medios tonos luminosos. Esta técnica realza el volumen de los objetos, retratos, expresiones faciales, da más vida al dibujo.